Seguimos contagiadas del espíritu científico de la "Semana de la Ciencia" de l'Escola l'Olivera. En esta ocasión intentaremos recrear una lámpara de lava casera. Para ello necesitamos:
- Una botella vacía de plástico, o bien una jarra o un vaso grande de vidrio.
- Agua, aproximadamente 1/4 parte de la capacidad del recipiente.
- Colorante alimentario.
- Aceite vegetal, unas 2/4 partes de la capacidad del recipiente.
- Pastillas efervescentes (las nuestras eran de un complejo vitamínico).
Para empezar vamos a colocar en el interior de la botella o jarra una cuarta parte de agua. Luego añadiremos unas cuantas gotas de colorante alimentario, hasta que coja la intensidad del color que deseemos. Este ya es un paso que les encanta a los más peques, que se quedan embobados observando cómo se tiñe el agua.
A continuación añadiremos unas dos cuartas partes del recipiente de aceite vegetal (el nuestro era de girasol). Dejaremos el cuarto de botella o jarra que queda vacío por si acaso la reacción efervescente subiera más de lo que esperábamos. En este punto podremos detenernos a observar cómo el aceite se mantiene sobre el agua teñida, sin mezclarse ni teñirse, debido a que el agua posee mayor densidad que el aceite.
- Una botella vacía de plástico, o bien una jarra o un vaso grande de vidrio.
- Agua, aproximadamente 1/4 parte de la capacidad del recipiente.
- Colorante alimentario.
- Aceite vegetal, unas 2/4 partes de la capacidad del recipiente.
- Pastillas efervescentes (las nuestras eran de un complejo vitamínico).
Para empezar vamos a colocar en el interior de la botella o jarra una cuarta parte de agua. Luego añadiremos unas cuantas gotas de colorante alimentario, hasta que coja la intensidad del color que deseemos. Este ya es un paso que les encanta a los más peques, que se quedan embobados observando cómo se tiñe el agua.
A continuación añadiremos unas dos cuartas partes del recipiente de aceite vegetal (el nuestro era de girasol). Dejaremos el cuarto de botella o jarra que queda vacío por si acaso la reacción efervescente subiera más de lo que esperábamos. En este punto podremos detenernos a observar cómo el aceite se mantiene sobre el agua teñida, sin mezclarse ni teñirse, debido a que el agua posee mayor densidad que el aceite.
Y por último, el gran desencadenante, la pastilla efervescente, que en contacto con el agua desprende dióxido de carbono que forma burbujas de agua que no se mezclan con el aceite. ¡Espectacular!
Volvemos a lo mismo que decíamos en la entrada anterior. No podemos esperar, ni de lejos, que entiendan la reacción química. Aquí lo fundamental es sorprender, estimular el sentido visual e ir asimilando poco a poco el concepto acción-reacción, que es la introducción de la pastilla la que causará toda la reacción.
CONSEJO DE PETRA: Si lo hacéis en una botella, no la tapéis, pues el gas que se genera con la efervescencia aumentaría la presión dentro de la botella y ésta podría explotar.
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