Hoy queremos mostraros dos versiones, en cuanto a materiales, del juego que llamamos "clava el color". En ambos casos la actividad va tiene por objetivo principal el fomentar la psicomotricidad fina (que se refiere a todos aquellos movimientos corporales que requieren un cierto grado de precisión). Es importante la adquisición de estas habilidades, entre otras, para que el niño mejore en el trazo y la grafía. Con esta actividad se fomentará la coordinación ojo-mano, se mejorará la gesticulación del brazo, antebrazo, muñeca, mano y dedos, y, por otro lado, también estaremos fomentando el lenguaje, con el reconocimiento de los colores y su discriminación.
La actividad se plantea dividiendo un tablero en las zonas que consideremos oportunas, y asignándole un color a cada zona. Le ofrecemos al niñ@ algún objeto que pueda clavar en las mismas y que se identifique con ese color.
Por ejemplo, en el primer caso tomamos un tablero cuadrado de porexpan y "limpiapipas" de colores brillantes en rojo, negro, dorado y plateado, dividimos el tablero en 4 porciones y nosotros clavamos uno de cada color en cada cuadrante, incitando a Gonzalo a que nos imitara, animándolo a fijarse en el color de cada uno de los elementos que tomaba. Lo primordial es que se divirtiera clavándolos en el porex, como así fue!
En la segunda opción, elegimos un tablero rectangular de porexpan, lo dividimos en tres sectores, y le añadimos en cada uno un pedazo de papel fluorescente autoadhesivo (en amarillo, verde y rosa). Teníamos en casa una caja de palillos que compramos en nuestro supermercado habitual y que contenía palillos fluorescentes de color amarillo, verde, rosa y azul. En este caso, había más de un "jugador", y tenían que discriminar los colores para clavarlos en el sector que les correspondía, y darse cuenta de que el azul no tenía sector y que por tanto quedaba "fuera".
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