22 febrero 2015

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO DE CONSTRUCCIÓN

Hoy queremos destacar la importancia de éste simple conjunto de piezas (apilables o encajables, de iguales o distintos tamaños, formas, colores y materiales), con las que se pueden hacer múltiples combinaciones. El juego de construcción acompañará al niñ@ a lo largo de toda su infancia, e incluso hasta la adolescencia, aumentando en grado de dificultad, intencionalidad y concentración según la edad. Por tanto, la forma en que el niñ@ interactúe con las piezas de construcción será también un buen indicador del estadio o nivel de desarrollo en el que se encuentra.

De hecho Gonzalo, debido a su trastorno, hace poco más de un año que se ha iniciado en este tipo de juego. Fueron muchas las tardes de desparramar las piezas sobre la alfombra de casa, intentando que se animara a jugar, mientras él simplemente las observaba de lejos,... Pero no hay que desfallecer. Finalmente, intrigado, empezó a manipularlas y experimentar. A día de hoy ya es capaz de hacer pequeñas construcciones y de simular que forman parte de un "fuerte" vaquero o de un castillo mediaval.

Normalmente el niñ@ de 9 meses disfrutará mucho golpeando el suelo con las piezas de construcción, ¡para desagrado de los padres! Hacia los 12 meses, con la aparición del caminar, encontrará la diversión en llevarse  las piezas de un lado al otro, sin realizar construcciones identificables. Poco a poco se iniciará en la habilidad, no sin cierta dificultad, de apilar o encajar de algunas piezas, dos o tres a lo sumo. Le gustará apilar, encajar y, sobre todo, ¡derribar!Digamos pues que la primera forma de construcción apreciable es el apilamiento, a través de la acción repetitiva de añadir un bloque sobre otro (en el apilamiento vertical) o uno tras otro (en el apilamiento horizontal). Así, hacia los 24 meses será capaz de hacer una torre sencilla o un tren. Es a partir de ese momento que el niñ@, ayudado de su evolución en el lenguaje, se iniciará también en el juego simbólico, que es la capacidad de hacerse representaciones mentales de objetos o de personas que no están presentes y jugar con ellos/as.

Los puentes son el segundo tipo de construcción en surgir. Es hacia los 3 años que el niñ@ comienza a encajar piezas diferentes o puzzles planos y a construir puentes, requiriendo de un cierto equilibrio para evitar que la pieza superior caiga. En ese estadio el juego de construcción enseña al niñ@ que las partes que componen el objeto están relacionadas entre sí de una forma lógica y que por tanto, si quiere construir un puente, primero deberá colocar las columnas o pilares y luego la pieza plana superior.

Más tarde aparecerán los cerramientos, líneas cerradas que el niñ@ emplea para delimitar un espacio interior, separándolo del exterior. No es raro ver jugar al niñ@ de 4  años a construir granjas, caminos o aparcamientos delimitados. Aquí los conceptos geométricos elementales como abierto-cerrado o dentro-fuera están ya bastante afianzados. Progresivamente aparecerán los patrones (repeticiones de un mismo modelo) y las construcciones simétricas, concepto matemático más avanzado. El grado final sería la planificación del proceso de construcción, en que el niño se plantea un objetivo final o una idea de construcción, valora las piezas de las que dispone y planea la estrategia o el momento de su utilización.

Por tanto, podéis ver que es un tipo de juego que va a acompañar al niñ@ prácticamente desde el año hasta los 4 ó 6 años, e incluso más adelante, hasta la adolescencia, a través formas más complejas como puzzles tridimensionales, mecanos, montajes de estructuras o de robots, etc. 

El juego de construcción va a mejorar la motricidad fina y la coordinación ojo-mano, pues las construcciones van a requerir de cierta destreza y de control muscular, controlando sus movimientos y la fuerza que aplica para que las estructuras ya formadas no caigan. También fomenta la creatividad y el juego simbólico, a la vez que tendrá que adaptarse a la realidad, pues no todo sale como él quiere, pues existen ciertas reglas físicas que obligarán a una construcción bien afianzada si no quiere que las piezas caigan. Para ello deberá clasificar las piezas que va a emplear, valorar su idoneidad, favoreciendo que sea más organizado, estimulando la atención y la concentración, así como el esfuerzo y la paciencia para conseguir lo deseado.

CONSEJO DE PETRA: Que no se convierta en un juego olvidado en un armario, ni caigamos en el estigma social de ser un juego para "niños", excluyendo a las niñas de los beneficios que aportan los juegos de construcción.

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