12 febrero 2015

BOLSAS SENSORIALES

Hoy os presentamos una actividad divertida y estimulante para toda la familia. Seguro que ninguno podrá resistirse a "toquetear" estas bolsas sensoriales, que son un fantástico recurso para el desarrollo sensorial (no solo del tacto, sino también de la vista). 

A través de su manipulación podemos generar en el niñ@ efectos tan diversos como despertar  su curiosidad, fomentar la creatividad, la imaginación o la concentración o incluso la relajación.

Son sencillas de hacer y permiten al niñ@ explorar y descubrir texturas sorprendentes, colores brillantes, objetos escondidos... y todo ello sin ensuciar demasiado, que por otro lado también nos interesa a los padres. Por lo que son una buena opción para esos días de lluvia que nos toca estar encerrados en casa y que ya no sabemos qué hacer.

Como siempre, recomendamos que acompañéis la actividad con la palabra. Es una forma de ayudar a que todas esas sensaciones que recibe el niñ@, cuando explora la bolsa, puedan ordenarse en su mente y generar percepciones y crear estructuras. En función de su contenido podréis preguntarle ¿cuál está más fría?¿cuál pesa más? ¿de qué color es? ¿cuál brilla más?, o pedirle que encuentre objetos que están aparentemente ocultos, o que identifique las bolsas con los ojos cerrados...

Para preparar las bolsas sensoriales vamos a necesitar:
- Bolsas con cierre hermético tipo zipp;
- Cinta adhesiva para proteger los laterales;
- Materiales varios para el relleno. En nuestro caso hemos usado agua, gel de ducha, espuma de afeitar, trozos de pajitas o cañas de sorber, purpurina, colorante alimentario, arroz, lentejas, pequeños objetos de juguete...


CONSEJO DE PETRA: El niñ@ debe realizar esta actividad siempre bajo supervisión de un adulto.

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