05 abril 2015

Espacio Playful Learning con LEGO Education en el Tibidabo

Para todos aquellos que tengáis ocasión de visitar el emblemático parque de atracciones de Barcelona, el Tibidabo, recomendaros el nuevo espacio Playful Learning con LEGO Education. Ponen a vuestra disposición gran cantidad de piezas lego adaptadas a distintas edades: desde los bloques de macro construcción, pasando por los bloques infantiles con piezas de zoo, hasta los bloques pequeños con los que construir hasta donde llegue la imaginación.  

En una entrada anterior ya hablamos de los beneficios del juego de construcción (desarrollo sensorial de colores y texturas, necesidad de controlar la fuerza ejercida, motricidad fina, lenguaje matemático, capacidad espacial,  creatividad, juego simbólico,...). Es por ello que celebramos la creación de este espacio, donde los padres podrán acompañar cómodamente a sus hijos en el juego y/o descansar un poco. ¡Fantástico! 

31 marzo 2015

I JORNADA-TALLER VISIÓN INTEGRAL SOBRE EL TRASTORNO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE

Esta Jornada-Taller está recomendada tanto para profesionales del ámbito pediátrico y logopédico, como para los padres y madres de niñ@s diagnosticados con un Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), pues pretende ser una visión teórico-práctica global sobre el TEL, abordándolo tanto desde la vivencia directa de los familiares, con los primeros signos de alerta en casa y los pasos a seguir, como desde la perspectiva teórica del diagnóstico clínico y de la intervención logopédica. Finalizaremos con una sesión práctica, con una muestra de materiales y actividades que se pueden realizar en casa para trabajar el desarrollo sensorial como base del aprendizaje del lenguaje. 

Para su celebración contamos con los valuosos conocimientos aportados por miembros del Servicio de Logopedia CIPSA del Hospital Dos de Mayo, Dña. Elisabeth Dulcet Valls (coordinadora del servicio y especialista en logopedia infantil) y Dña. Belén Novoa González (logopeda experta en la práctica clínica del TEL), así como con la visión práctica que aporta ser madre de un niño diagnosticado con TEL, Dña. Susana Lozano Camacho, fundadora de la asociación ATELCA y de este Blog. 

La Jornada-Taller tendrá lugar el próximo Sábado 18 de abril de 2015, de las 9.00h a las 19.00h, en el SC Trade Center de Sant Cugat, en la Avda. de les Corts Catalanes 5-7 de Sant Cugat, con entrega de certificados de asistencia a su finalización. 

Para asistir es imprescindible formalizar la inscripción previo contacto por e-mail a aprendejugandoconpetra@gmail.com. 

30 marzo 2015

BOTELLAS DE AGUA PARA APRENDER LOS NÚMEROS

Para Gonzalo aprender los números es todo un reto, le cuesta asociar la cantidad que representa cada uno con el número y con la palabra que lo designa. De hecho hace poco que ha aprendido que él tiene "seis" años y aún, a veces, responde cualquier número al azar. Por eso hemos puesto en práctica este sencillo invento que nos va a permitir trabajar el aprendizaje de los números del uno al seis mediante la asociación entre el número del tapón y el del tablón, la asociación entre el número de garbanzos que hemos introducido en cada botellín y el número de pegatinas que hay bajo cada uno, así como por el hecho de enganchar su foto junto a la botella que contiene seis garbanzos, recordándole así que él tiene seis años. Por otro lado el tener que enroscar el tapón en su correspondiente botellín le va ayudar a mejorar la motricidad fina al tener que coordinar los movimientos de dedos y muñeca.


Para su elaboración hemos tomado un tablero de cartón recortando el lateral de una caja. Luego hemos preparado un pedazo de goma eva rojo del mismo tamaño que el tablero de cartón. A continuación hemos recortado la parte superior de seis botellines de agua y los hemos marcado en la base de goma eva de forma equidistante. Luego hemos recortado cada una de las marcas de los botellines en la goma eva, quedando ésta con seis agujeros. Colocamos la goma eva sobre el cartón y reseguimos con lápiz cada uno de los agujeros, marcando así los seis círculos en el cartón para saber dónde tenemos que enganchar los botellines para que nos quede bien. A continuación enganchamos los botellines en el cartón y, una vez seco, colocaremos la goma eva sobre el mismo, encajando los botellines a través de los orificios, y lo encolaremos todo, rematando los laterales con un poco de cienta adhesiva. Una vez esté todo seco, procederemos a añadir los garbanzos en el interior de cada botellín, y los números autoadhesivos fáciles de encontrar en bazares y en papelerías. Nosotras también hemos añadido el nombre de Gonzalo, en la parte superior, así como una foto plastificada enganchada al tablero con velcro autoadhesivo.

CONSEJO DE PETRA: Vigilad si queréis usar la pistola de silicona caliente para fijar los botellines porque su temperatura en contacto con el botellín de plástico hace que éste se deforme.

23 marzo 2015

CÓMO EXPLICAR LOS VOLCANES A UN NIÑO CON TEL, experimentos caseros.

Los volcanes son un tema excitante para los niñ@s, pero ¿cómo explicárselo a Gonzalo? Disculpad si faltamos al rigor científico, pero aquí nuestra intención era mucho más simple: divertirnos y que se familiarizara con la existencia de los volcanes y le pusiera una imagen, una representación mental propia, a esa palabra nueva para él, y para ello nuestra explicación fue un poco sui generis, jeje.

Para captar su atención nos inventamos un divertido fotomontaje en el que Gonzalo podía verse junto con sus amigos, Roger y Carla, sobre la corteza terrestre. Desde allí, con sus poderes de super-visión, podían divisar un volcán en erupción y por eso ponían cara de sorpresa o de susto. 

Les explicamos que la tierra era como un huevo. En el centro está la yema, el núcleo sólido, que significa duro como una piedra. Rodeando a la yema tenemos la clara, el núcleo externo, que es un líquido de hierro y níquel que se llama magma y que alcanza temperaturas de entre 4400ºC y 6000 ºC, o sea que aunque sea líquido eso no significa que pueda haber peces porque quedarían churrascados y reducidos a cenizas al instante. Que habría una capa más aún que en el huevo y que se llama manto, formado por placas de piedras. Y que sobre el manto se encontraba la corteza, como la cáscara del huevo, sobre la que estaban los mares, las montañas, nuestra casa, la escuela y... los volcanes.

Entonces en un intento de que comprendieran por qué se producían las erupciones volcánicas les dijimos que cuando aumentaba la presión pasaba igual que si apretábamos un brick de zumo con una pajita clavada y acertaron: que al apretar se salía el zumo. Pues que aquí sucedía lo mismo, "al apretar" ese líquido que quemaba tanto  (el magma) subía y subía por una brecha del manto y salía en forma de lava hacia el exterior de la tierra. Que entonces se veía una explosión (erupción) de líquido rojo y espeso como el chocolate (la lava), que quemaba mucho y que cuando se enfriaba se convertía en piedra, formando poco a poco la falda de los volcanes.
Luego para divertirnos simulamos la explosión de un volcán siguiendo las pautas que podéis encontrar en muchísimas páginas web sobre experimentos caseros para niños y que aquí os resumimos: 

  • Un volcánLa verdad es que ya teníamos un volcán hecho con barro negro pintado y barnizado (para que no se deshiciera con el líquido), o sea que no os podemos mostrar el paso a paso de su preparación, pero básicamente hacer una forma cónica y con un dedo crear un orificio profundo, decorarlo y barnizarlo tanto por arriba, como por abajo y por dentro.
  • Vinagre.
  • Bicarbonato sódico, que podéis comprar en el supermercado.
  • Un recipiente en el que recoger "la explosión".
  • Colorante alimentario, para hacer la espuma más divertida, también adquirible en el supermercado.
  • Y unos cuantos "dinos" para ambientar la catástrofe...

Les dijimos que los volcanes podían estar despiertos o activos contínuamente; que también existían volcanes dormidos, como nosotros por las noches o al hacer la siesta, y que entonces esos volcanes podían despertar algún día; o que podían estar muertos o inactivos, que no habían erosionado o que difícilmente lo harían. Les plantamos el volcán delante con un poco de bicarbonato sódico y colorante alimentario en su interior y les dimos, por turnos, la botella de vinagre, para que echaran un chorro en su interior y la reacción se produjera y tacháaaaaaaaannnn. Os advierto que no se salvó ni un dinosaurio!


El vinagre es un ácido que al combinarse con el bicarbonato da como resultado que se libera el dióxido de carbono (gas CO2) y se produce un agua y una sal (el acetato de sodio). Ese gas es el responsable de que se formen las burbujas que simulan la erupción volcánica. Lo interesante aquí es que los niñ@s perciban el concepto "acción-reacción", entendiendo que son ellos los que causan la espumadera cada vez que tiran vinagre, y que tiene que ser vinagre, porque si tiraran agua el bicarbonato no haría esa espuma (podéis intentarlo al final con agua para que vean con sus propios ojos la no-reacción).

CONSEJO DE PETRA: No te autolimites por el hecho de que tus hijos sean pequeños o tengan un trastorno, como en el caso de Gonzalo. Adapta las explicaciones haciendo paralelismos con los objetos cotidianos que tienen a su alcance y que sí conocen, les será más fácil hacerse una idea.

16 marzo 2015

DISCRIMINACIÓN Y ASOCIACIÓN AUDITIVA, reciclando envases de yogures

Os proponemos una divertida idea para darle una salida a los envases de yogures: convertirlos en un juego para trabajar la audición! Los hemos rellenado, por duplicado, con garbanzos, arroz, lentejas, sal y cascabeles. En la parte superior de la tapa hemos colocado un plástico transparente que hemos enganchado con cinta adhesiva. Y en la parte inferior hemos marcado cada envase con rotulador con un número. El juego consiste en colocarlos boca abajo, mezclarlos y, SIN MIRAR NI HACER TRAMPAS, sacudirlos para identificar las características de cada sonido  y así poder emparejarlos. 

Durante el juego es aconsejable hacer consciente al niñ@ de los matices de cada uno de los sonidos, por ejemplo: en los garbanzos el sonido es más grave y fuerte, recuerda a piedrecitas chocando; en cambio, en el caso de la sal es un sonido suave, como el de la arena que se les cuela del patio del colegio en los zapatos,... 


Veréis que ni los adultos se resisten a la tentación de jugar y poner a prueba su agudeza auditiva. Una vez tengan agrupadas las parejas debemos pedirles que digan qué número va con qué número, así practicamos también las matemáticas. Luego, haciendo un poco de espectáculo y con un ficticio redoble de tambores, les damos la vuelta a los envases y ahí lo tenemos. ¿Habrán acertado?


El oído es uno de los sentidos "estrella", quizás el más utilizado en nuestra vida cotidiana, siempre en funcionamiento. Gracias a él recibimos las vibraciones, las ondas sonoras, del medio ambiente y las dotamos de significado en nuestro cerebro. Nos protege, advirtiéndonos de la proximidad de las cosas que nos rodean, nos ayuda a ubicar la procedencia de los sonidos, nos da percepción espacial y nos permite expresarnos e intercomunicarnos. Los niñ@s aprenden a hablar por imitación de los sonidos que les rodean, por eso un entrenamiento auditivo con apreciación y discriminación de las diversas cualidades sonoras como grave/agudo, corto/largo, flojo/fuerte, puede ser de gran utilidad para facilitar el aprendizaje y para detectar problemas auditivos. 

A nadie se le escapa que un niñ@ con un problema de audición, aunque sea leve, tendrá dificultades en la discriminación auditiva, es decir, en la capacidad de distinguir o diferenciar los sonidos, lo que puede  ser una de las causas de la confusión u  omisión de fonemas (dislalia). También puede tener problemas de conciencia auditiva, que es la capacidad de ser consciente de que existe un sonido; en la percepción figura-fondo, que es la capacidad de dirigir la atención a un sonido, mientras el resto del medio ruidoso se sitúa como fondo; en la ubicación de la fuente sonora; o en la memoria auditiva. Todo ello afecta a los procesos cognitivos mediante los que el niñ@ procesa la percepción auditiva, la analiza, la transforma, la almacena como un conocimiento y lo reutiliza cuando lo necesita. Un problema de audición genera un consiguiente problema en la adquisición del lenguaje, en la capacidad de comprensión, en la lecto-escritura, en la socialización, etc. Un niño que no es capaz de oír e interpretar toda la información o las indicaciones que recibe de sus padres o maestros puede parecer un niño distraído o con problemas emocionales o de conducta, dando la apariencia de que el niñ@ "no hace caso".

CONSEJO DE PETRA: Fíate de tu instinto. Si tiene seis meses y no se sobresalta con los ruidos fuertes, ni gira la cabeza para buscar su localización o tampoco reacciona ante una voz familiar, o si tiene un añito y aún no reacciona ante sonidos familiares, ni le gusta emitir ruido golpeando los objetos al jugar, o si es mayor de un año pero crees que tu hij@ se despista con demasiada facilidad, si necesita que le repitan las cosas muchas veces, si grita cuando habla, si tiene retraso en el proceso de lecto-escritura, si confunde sonidos en el habla o le cuesta recordar la información hablada,... consúltalo con tu pediatra y realiza las revisiones correspondientes.

06 marzo 2015

TRABAJANDO EL OLFATO

Gusto y olfato son nuestros dos sentidos "químicos", estrechamente ligados y frecuentemente olvidados. Hoy queremos reivindicar la importancia del olfato. Pensad en cómo el olfato es capaz de alertarnos si un alimento está en mal estado, cómo determinadas fragancias pueden hacer que nos relajemos o, por el contrario, nos pongamos tensos o activos, o que nos provoquen sensaciones como el hambre, o incluso seamos capaces de recordar o evocar personas o lugares... Hasta el mundo del marketing ha estudiado la importancia del olfato y su influencia en las ventas. 

Si eso es así, imaginad ahora la importancia del olfato dentro de la integración sensorial de los niñ@s. El aprendizaje se produce gracias a las sensaciones que el niñ@ recibe de todos y cada uno de sus sentidos, que le permitirá darse cuenta de lo que pasa a su alrededor, generando percepciones y creando estructuras cognitivas y acciones-reacciones. Un trastorno de insensibilidad olfativa por deficiencias en la pituitaria amarilla, o una mala modulación de la percepción olfativa, con reacciones exageradas a determinados olores, como le sucede a Gonzalo, comporta un problema de integración y adaptación. 

En principio, ya de bebés suelen ser capaces de discriminar entre olores agradables y desagradables y tienen preferencia por los olores o aromas conocidos (tan solo hay que ver la reacción del bebé hambriento al oler el pecho de la madre). Durante el crecimiento es importante observar la interacción del niñ@ con los estímulos olfativos ambientales, ver si cambian su expresión facial cuando se le da a oler alguna substancia aromática y si parecen tener alguna preferencia o un rechazo exacerbado por algún olor en especial.

Hay muchas propuestas de actividades para trabajar con el olfato. Nosotras hemos empezado usando unas bolsitas de tela (aquí las hemos hecho nosotras mismas con unos pedazos de fieltro) y rellenarlas de algodones empapados con perfumes o con extractos como la mandarina, la vainilla, el coco, el eucalíptus, frutos del bosque, etc; o rellenas de especias como la canela, el laurel, el romero, la albahaca, etc; o con chocolate negro en polvo o tableta, que tiene un olor bastante potente. Para captar su atención les enganchamos a cada una numeritos de colores de goma eva autoadhesiva que podéis encontrar en centros de materiales para manualidades. A cada uno le tocaba coger el número que le "cantáramos", así de paso aprovechamos para trabajar los números y si les cuesta, ayudamos dando pistas con los colores. Cuando cogían la bolsita la olían e intentaban adivinar qué contenía en su interior.

La verdad es que tan solo identificaban algunos olores que les resultaban muy familiares como la mandarina, la colonia, los frutos del bosque o el cacao. Con otros como el laurel o el romero los identificaban como comida, salvo Gonzalo, que sufrió un rechazo enorme a esos aromas, especialmente al romero, provocándole incluso arcadas. En general el objetivo era que mostraran curiosidad, distinguieran entre lo que les gustaba y lo que no, y pusieran nombre a algunos olores que les resultaban agradables y que no sabían identificar.

Otras propuestas interesantes: 
  • Oler tarritos de frutas conocidas o con olores agradables, mientras acompañamos con la palabra identificando cada uno de los elementos.
  • La misma actividad anterior se puede realizar también en forma de juego "Loto", es decir, asociando los olores de cada tarrito con la foto de la fruta correspondiente.
  • También podemos jugar a identificar el "alimento" con los ojos tapados. O incluso puede tratarse de "objetos" que tengamos por casa, pensad en el olor característico de la plastilina, o de algunos objetos metálicos,...
  • Jugar a asociar, duplicando los tarritos y las bolsitas, y teniéndolos que emparejar.
  • También existen en el mercado cuentos olfativos sorprendentes, con los que podemos compartir un buen rato.
CONSEJO DE PETRA: Si estamos ante niños que se frustran o desconectan cuando no saben dar respuesta, a la hora de participar y adivinar, las frutas suelen ser olores más reconocibles y fáciles.


04 marzo 2015

"BINGO DE LOS SONIDOS DEL CUERPO"

Hoy queremos difundir un grato descubrimiento en la red: el "BINGO DE LOS SONIDOS DEL CUERPO", que encontramos en el enlace que os dejamos más abajo y al que os recomendamos acceder. Gracias a su autor, Sergio Palao y al proyecto HABLA-M, porque pasamos una tarde muy divertida jugando.
Se trata de un magnifico juego Loto auditivo en el que hay que asociar los sonidos con las imágenes, y que podemos articular en forma de Bingo. Nosotras nos descargamos e imprimimos las veinte plantillas que tienen, y a cada una le eliminamos la última fila (porque en todas están íntegramente todos los pictogramas), así logramos que no todos cantaran bingo a la vez. Y a una de las plantillas le recortamos cada uno de los pictogramas individualmente para meterlos en una bolsita y así poder sacarlos de uno en uno e ir imitando aleatoriamente los sonidos del cuerpo. Lo plastificamos todo forrándolo con papel aironfix, para asegurarnos que podremos volver a jugar, porque de verdad que es muy entretenido.

La dinámica fue la siguiente: el hermano de Gonzalo, Manel, sacaba de una en una las fichas con pictogramas de una pequeña bolsita, y a cada ficha emitía el sonido que estaba dibujado. 

Como podéis ver en la foto inicial, aquí han hecho un magnífico trabajo pensando en todos los sonidos que podemos emitir con nuestro cuerpo: (1) bostezar, (2) el ruido que hacemos al comer un bocadillo, (3) o al roncar, (4) al beber, (5) al besar, (6) al estornudar, (7) o cuando nos da un ataque de tos, (8) cuando lloramos, (9) cuando nos tiramos un pedo (sí, sí! como os podéis imaginar éste era el más divertido), (10) el silencio, (11) el rascarse, (12) el sonido de la respiración, (13) el ruido al caminar, (14) al sonarse o (15) al silbar.

Cada uno tenía su propio "cartón" con 12 sonidos y, a medida que Manel los imitaba, ellos corriendo cogían una ficha para tapar el pictograma correspondiente. Con este juego fomentamos la discriminación auditiva (que identifiquen sonidos), también la asociación (entre sonido y pictograma), el conocimiento del propio cuerpo y de sus capacidades sonoras, la lectura (pues cada pictograma tiene escrita la acción al pie y podemos insistir en el nombre de cada acción e intentar que identifiquen), y pasamos un rato estupendo entre amigos.

CONSEJO DE PETRA: Descubrid el BINGO DE LOS SONIDOS DEL CUERPO http://www.slideshare.net/JosAntonioTrujillo1/bingo-sonidos-del-cuerpo

27 febrero 2015

LÁMPARA DE LAVA CASERA, efervescencia de color

Seguimos contagiadas del espíritu científico de la "Semana de la Ciencia" de l'Escola l'Olivera. En esta ocasión intentaremos recrear una lámpara de lava casera. Para ello necesitamos:

- Una botella vacía de plástico, o bien una jarra o un vaso grande de vidrio.
- Agua, aproximadamente 1/4 parte de la capacidad del recipiente.
- Colorante alimentario.
- Aceite vegetal, unas 2/4 partes de la capacidad del recipiente.
- Pastillas efervescentes (las nuestras eran de un complejo vitamínico). 
Para empezar vamos a colocar en el interior de la botella o jarra una cuarta parte de agua. Luego añadiremos unas cuantas gotas de colorante alimentario, hasta que coja la intensidad del color que deseemos. Este ya es un paso que les encanta a los más peques, que se quedan embobados observando cómo se tiñe el agua. 

A continuación añadiremos unas dos cuartas partes del recipiente de aceite vegetal (el nuestro era de girasol). Dejaremos el cuarto de botella o jarra que queda vacío por si acaso la reacción efervescente subiera más de lo que esperábamos. En este punto podremos detenernos a observar cómo el aceite se mantiene sobre el agua teñida, sin mezclarse ni teñirse, debido a que el agua posee mayor densidad que el aceite.

Y por último, el gran desencadenante, la pastilla efervescente, que en contacto con el agua desprende dióxido de carbono que forma burbujas de agua que no se mezclan con el aceite. ¡Espectacular! 

Volvemos a lo mismo que decíamos en la entrada anterior. No podemos esperar, ni de lejos, que entiendan la reacción química. Aquí lo fundamental es sorprender, estimular el sentido visual e ir asimilando poco a poco el concepto acción-reacción, que es la introducción de la pastilla la que causará toda la reacción.


CONSEJO DE PETRA: Si lo hacéis en una botella, no la tapéis, pues el gas que se genera con la efervescencia aumentaría la presión dentro de la botella y ésta podría explotar.

PIZARRA CASERA, el gusto de escribir sobre sal, arena o harina

Hoy Susana tenía una caja de madera vieja sin utilidad y quería hacer una pizarra de arena para practicar la escritura. La idea es fantástica porque estimula el tacto a la vez que se practica la escritura o grafía en general, y ¡reciclamos!. Además resulta bastante relajante, incluso recuerda a los minis jardines zen que tan de moda se pusieron hace años para reducir el estrés. 
Por otro lado es altamente recomendable para aquellos niñ@s que sienten pavor a equivocarse, a "estropear" el papel o la ficha, y que si les sale mal se frustran con facilidad. En esos casos este tipo de pizarras domésticas les ayudará a ganar confianza y relajarse, porque aquí los errores son hasta divertidos pues sacudimos un poco el cajón de madera y volvemos a empezar.


Como siempre lo podéis hacer a vuestra manera. Básicamente necesitáis:
- Una caja. Nosotras hemos querido reciclar y hemos aprovechado esa cajita compartimentada, forrando el fondo con papel autoadhesivo de colores fluorescentes para añadir el elemento sorpresa. También podéis hacerlo con una simple caja de cartón, o con la tapa de una caja de zapatos. Podéis engancharle un fondo, o pintarlo, o dejarlo tal cual, va a gustos, aunque l@s peques suele preferir los colores, de hecho os pueden ayudar a pintarlo y así disfrutan un buen rato.
- Arena, harina o sal, un medio sobre el que escribir. En este caso hemos optado por la sal, pero la harina fina tipo harina de arroz o maizena seguro que es una sensación muy agradable.
- Un modelo de letra, número o incluso dibujos sencillos que el niñ@ deberá reproducir. En las imágenes podéis ver que hemos optado por poner pinzas de tender la ropa boca abajo, forradas con el mismo papel autoadhesivo, y por suerte encajaban perfectamente, así con simples pedazos de folio hemos podido preparar un montón de letras y números. Pero también podéis optar por imprimirlas en folios individuales y dejárselas en un lateral de una en una.

Iniciarle con letras de su propio nombre siempre es más motivador, y seguir luego con los nombres de los miembros de la família o compañeros de clase o amigos, es un buen recurso. Es más fácil iniciarse en el trazo limpio y sencillo de las mayúsculas. Y es importante acompañar la acción siempre con nuestra palabra, enseñándole a identificar primero el sonido de las letras y más adelante el nombre de las letras. Y haz que se familiarice con la dirección adecuada que debe seguir al formar la letra.

CONSEJO DE PETRA: Vigilad que no se coman la pizarra!


26 febrero 2015

"MAGIC MILK", efectos de color sobre leche


Esta semana en el Colegio de Gonzalo (Escola l'Olivera, de Sant Cugat) celebran la "Semana de la Ciencia" con un montón de ingeniosas actividades para primaria e infantil. Contagiadas de ese espíritu científico hemos decidido hacer una pequeña tanda de breves entradas con experimentos caseros sencillos con los que podréis sorprender a l@s peques y despertar los sentidos. 

Vamos a empezar con esta "leche mágica". Para ello solo necesitamos:
- Un poco de leche,
- Un plato,
- Colorante alimentario en varios colores,
- Lavavajillas líquido de fregar a mano,
- Un par de bastoncillos de algodón para los oídos.


Consiste en volcar la leche, no demasiada, hasta cubrir el fondo del plato. Añadir un par de gotas de cada color justo en el centro del plato con leche, tocando un color con otro, y entonces untar el bastoncillo en el lavavajillas e introducirlo en el centro del plato y... tatchannnn! Ahí lo tenéis, el lavavajillas desplaza la grasa de la leche, moviendo con ello los colores, que empiezan a formar círculos y mezclas sorprendentes.




Para nosotras el objetivo principal de esta actividad no era que entendieran la reacción química, sino que disfrutara visualmente y fomentar el concepto acción-reacción, es decir, intentar que fueran conscientes de que lo que provocaba las ondas de color eran ellos mismos al introducir el bastoncillo untado en jabón.

23 febrero 2015

LA CESTA DE LOS TESOROS, explorar con autonomía objetos cotidianos

Los objetos sencillos y cotidianos pueden convertirse en un auténtico tesoro. La "CESTA DE LOS TESOROS" consiste en situar en el suelo un cesto lleno de tales objetos (no juguetes) de distintos materiales, tamaños, formas y texturas, para que los niñ@s, sentados a su lado, puedan acceder fácilmente y explorar con el objeto de proporcionar nuevas sensaciones a través de los cinco sentidos. Se trata de aprovechar la actividad espontánea del niñ@, mientras el adulto debe permanecer en el "difícil" papel de mantenerse al margen, sentado observando atento y tranquilo las preferencias y actitudes del niñ@, y pendiente de evitar que se introduzca determinados objetos íntegramente en la boca y prevenir accidentes. 

Es un recurso que normalmente los educadores emplean en niños de 6 a 12 meses, que es cuando ya pueden permanecer sentados pero aún no caminan, pues a partir de los 12 meses, cuando la mayoría empieza a caminar y se inicia la aparición sutil del lenguaje, las inquietudes varían y los niñ@s obtienen mayor placer en desplazarse llevando consigo el objeto con el que juegan y manipulándolo con una intencionalidad o una búsqueda causa-efecto mayor, y es cuando los educadores dan paso al juego heurístico, que es el juego del descubrimiento, la experimentación y la manipulación libre partiendo de objetos agrupados en contenedores y bolsas, variados y numerosos, y susceptibles de ser combinados entre ellos, y que deben recoger al finalizar el juego. 

Con esta actividad pueden obtener beneficios tanto a nivel de:
  • Motricidad fina, en la interacción con cada objeto, y al realizar acciones como tapar y destapar, llenar y vaciar, meter y sacar...;
  • Motricidad gruesa, en el desplazamiento para alcanzar el objeto;
  • Desarrollar la coordinación ojo-mano;
  • Desarrollo sensorial; experimentando e identificando sensorialmente las cualidades perceptivas de determinados objetos como su peso, color, tamaño, textura, forma...;
  • Fomenta el descubrimiento, la curiosidad y la exploración;
  • Acrecenta la capacidad de concentración;
  • Favorece la autonomía y la capacidad para tomar decisiones y elegir, ya que nadie les dice lo que tienen que hacer ni cómo lo deben hacer.

A pesar de plantearse como un recurso idóneo para bebés de entre 6 a 12 meses, no hemos dudado en emplearlo también para Gonzalo, adaptándolo, con elementos que pudieran sorprenderle a él y a sus amigos, Roger (de 5 años) y Carla  (de 3 años), hijos de Laura. Juntos han pasado un rato estupendo. Parece increible que puedan sorprenderse tanto de cosas que tenemos en casa, pero que con frecuencia no están a su alcance directo. Cabe decir que hemos añadido elementos acoplables como roscas y tornillos, con los que han estado un buen rato, aunque los  reyes indiscutibles han sido la caracola, un pedazo de plástico de burbujas de embalar, que han disfrutado explotando y unas viejas castañuelas.


La cesta del tesoro La cesta de los tesoros fue ideada por E. Goldschmied y sistematizada en España por T. Majem y P. Ódena. Normalmente se usa un cesto, estable para que no vuelque y suficientemente grande como para que quepan los objetos, pero suficientemente pequeño como para que puedan acceder a él con facilidad. Pensad que cuando lo emplean en grupos (aulas) suelen colocar como unos 50 ó 60 objetos en su interior, y la actividad suele durar entre 30  ó 50 minutos, pero en casa podéis trabajarlo lógicamente a menor escala. Su contenido debe ser renovado y revisado con cierta frecuencia.

La selección de los objetos debe ser minuciosa para despertar al máximo los sentidos, por lo que conviene que tengan distintas texturas, colores, pesos, tamaños (que no sean menores a 5cm), sonidos... Cuando plantean la actividad para bebés, T. Majem y P. Ódena proponen, en cuanto a su contenido, los siguientes objetos:
  • Objetos naturales: piedras, castañas, piñas, trozos de corcho, de corteza, calabazas secas, coco partido seco, esponja natural, caracolas de mar,...
  • Objetos de materiales naturales: ovillos de lana, flauta de caña, brocha de afeitar, pincel, bolsa de rafia, tapones de corcho, cepillo de uñas, cepillo de dientes, cepillo de limpiar los zapatos,...
  • Objetos de madera: cajitas, cuchara, cucharón, espátula, mango de mortero, bol, castañuelas, carraca, pinzas de ropa, cilindros, botones,...
  • Objetos metálicos: cucharas, juegos de llaves, moldes de pasteles, trozos de cadenas, colador de té, latas sin ángulos puntiagudos, embudos, armónica, silbato, cascabeles, campana pequeñita,...
  • Objetos de piel, ropa, fieltro o goma: monedero de piel, bolsa, pelotas, tubo de goma, muñeca de trapo, funda de gafas, osito de peluche, bolsas con hierbas aromáticas, bolsas de terciopelo, bolsas de tela de arpillería, anillas de cafetera, espátula, cremalleras,...
  • Objetos de papel y cartón: libretas de espiral, tubos de cartón de WC o de cocina, papel de lija, papel de charol, cajas de cartón,...
  • Objetos de vidrio resistente: frascos de perfume pequeño, pomo de armario, tarros de mermelada, espejitos, botes pequeños, lágrimas de lámpara,...
CONSEJO DE PETRA: Dejadles disfrutar libremente de los distintos objetos, pero estad junto a ellos vigilando siempre que no se los introduzcan en la boca o nariz...


22 febrero 2015

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO DE CONSTRUCCIÓN

Hoy queremos destacar la importancia de éste simple conjunto de piezas (apilables o encajables, de iguales o distintos tamaños, formas, colores y materiales), con las que se pueden hacer múltiples combinaciones. El juego de construcción acompañará al niñ@ a lo largo de toda su infancia, e incluso hasta la adolescencia, aumentando en grado de dificultad, intencionalidad y concentración según la edad. Por tanto, la forma en que el niñ@ interactúe con las piezas de construcción será también un buen indicador del estadio o nivel de desarrollo en el que se encuentra.

De hecho Gonzalo, debido a su trastorno, hace poco más de un año que se ha iniciado en este tipo de juego. Fueron muchas las tardes de desparramar las piezas sobre la alfombra de casa, intentando que se animara a jugar, mientras él simplemente las observaba de lejos,... Pero no hay que desfallecer. Finalmente, intrigado, empezó a manipularlas y experimentar. A día de hoy ya es capaz de hacer pequeñas construcciones y de simular que forman parte de un "fuerte" vaquero o de un castillo mediaval.

Normalmente el niñ@ de 9 meses disfrutará mucho golpeando el suelo con las piezas de construcción, ¡para desagrado de los padres! Hacia los 12 meses, con la aparición del caminar, encontrará la diversión en llevarse  las piezas de un lado al otro, sin realizar construcciones identificables. Poco a poco se iniciará en la habilidad, no sin cierta dificultad, de apilar o encajar de algunas piezas, dos o tres a lo sumo. Le gustará apilar, encajar y, sobre todo, ¡derribar!Digamos pues que la primera forma de construcción apreciable es el apilamiento, a través de la acción repetitiva de añadir un bloque sobre otro (en el apilamiento vertical) o uno tras otro (en el apilamiento horizontal). Así, hacia los 24 meses será capaz de hacer una torre sencilla o un tren. Es a partir de ese momento que el niñ@, ayudado de su evolución en el lenguaje, se iniciará también en el juego simbólico, que es la capacidad de hacerse representaciones mentales de objetos o de personas que no están presentes y jugar con ellos/as.

Los puentes son el segundo tipo de construcción en surgir. Es hacia los 3 años que el niñ@ comienza a encajar piezas diferentes o puzzles planos y a construir puentes, requiriendo de un cierto equilibrio para evitar que la pieza superior caiga. En ese estadio el juego de construcción enseña al niñ@ que las partes que componen el objeto están relacionadas entre sí de una forma lógica y que por tanto, si quiere construir un puente, primero deberá colocar las columnas o pilares y luego la pieza plana superior.

Más tarde aparecerán los cerramientos, líneas cerradas que el niñ@ emplea para delimitar un espacio interior, separándolo del exterior. No es raro ver jugar al niñ@ de 4  años a construir granjas, caminos o aparcamientos delimitados. Aquí los conceptos geométricos elementales como abierto-cerrado o dentro-fuera están ya bastante afianzados. Progresivamente aparecerán los patrones (repeticiones de un mismo modelo) y las construcciones simétricas, concepto matemático más avanzado. El grado final sería la planificación del proceso de construcción, en que el niño se plantea un objetivo final o una idea de construcción, valora las piezas de las que dispone y planea la estrategia o el momento de su utilización.

Por tanto, podéis ver que es un tipo de juego que va a acompañar al niñ@ prácticamente desde el año hasta los 4 ó 6 años, e incluso más adelante, hasta la adolescencia, a través formas más complejas como puzzles tridimensionales, mecanos, montajes de estructuras o de robots, etc. 

El juego de construcción va a mejorar la motricidad fina y la coordinación ojo-mano, pues las construcciones van a requerir de cierta destreza y de control muscular, controlando sus movimientos y la fuerza que aplica para que las estructuras ya formadas no caigan. También fomenta la creatividad y el juego simbólico, a la vez que tendrá que adaptarse a la realidad, pues no todo sale como él quiere, pues existen ciertas reglas físicas que obligarán a una construcción bien afianzada si no quiere que las piezas caigan. Para ello deberá clasificar las piezas que va a emplear, valorar su idoneidad, favoreciendo que sea más organizado, estimulando la atención y la concentración, así como el esfuerzo y la paciencia para conseguir lo deseado.

CONSEJO DE PETRA: Que no se convierta en un juego olvidado en un armario, ni caigamos en el estigma social de ser un juego para "niños", excluyendo a las niñas de los beneficios que aportan los juegos de construcción.